No temas, a ti no te olvido.
Las hojas vivas verdes susurran el sonido de tu voz, las aceras me recuerdan la velocidad de tus pasos y el ambiente de los parques hacen retumbar en mi cabeza cada suspiro de tu, a veces, dulce aliento.
Gracias amigo, por enseñarme a no correr, por no abandonar y por enseñarme a caer y a levantar.
Querer con el corazón, querer a una obsesión... Tanto, como para no dejarla ir pase lo que pase, tanto como para hacerse daño a uno mismo, tanto como engañar para olvidar... Cuando lo hagas, pondré una rosa en cada escondite respetado, para que algún día vuelvas, para que vuelvas y recuerdes, que pase lo que pase... Te recordaré, y cuando decidas volver, podrás volver a callar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario