Anoche sufrí, lloré, pensé, pensé y más pensé...
Anoche llegue a sentirme una de las chicas más desgraciadas de esta ciudad por algo que ni si quiera deberían de importarme.
Me dicen que me lo tomo todo muy a pecho, pero pensar que salen palabras de la boca de alguien quien debería importante duele,
y no duele unas horas no, duele durante mucho tiempo, hasta que no encuentras otra solución que ignorarlo.
Lo ignoras pero no lo olvidas y cuando a través de esa persona hay una más que apoya lo dicho, a pesar de se inmoral, parece que sea una norma el no poder decir que no es cierto.
Sentirse tan pequeña hasta que al hablar, parece que no sea suficiente el tono para que escuchen el significado.
Él, mi apoyo, mi moral, mi conciencia, mi pensamiento entero, no lo entiende, no puede entenderlo porque tal vez nunca le haya pasado y hablar de un libro con alguien que todavía no ha aprendido a leer es una pérdida de tiempo... Sin embargo lo intenta, me gusta, porque esta ahí, como siempre ha estado.
Gracias por ayer, gracias por darte cuenta aunque estés lejos, gracias por cuidarme siempre tan bien, porque precisamente hacerlo no es tarea fácil, te mereces el cielo y mucho más, gracias, de verdad, muchas gracias por existir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario